En Partes [Libre, Libre]

Porfin logró abrir la puerta de entrada, hace tiempo que no colocaba esa llave plateada en la pequeña rendija del pomo de aquella puerta, hace tiempo que no quitaba todas las cadenas y barritas que cerraban la puerta principal de aquella enorme casona, de aquella enorme granja. Sonrió y abrió la puerta, pronto volvería a su rutina... o eso esperaba. Pasó el umbral de la puerta y ahi estaban ellos, sus dos abuelos quienes la esperaban con una sonrisa en el rostro. Le abrazaron con sumo cuidado, pues las heridas en su hombro y cuello aun no terminaban por sanarse y ellos bien lo sabian. Estaba canada y eso también lo sabian, sin embargo cuando la chica se dispuso a subir las escaleras, ellos se lo impidieron.

-Tienes un par de visitas, Rikki- dijo su abuela con una sonrisita algo forzada y su abuelo simplemente señaló la sala con un movimiento de la cabeza.

Rikki no quería ver a nadie, tenía la urgencia de entrar en su habitacion y descansar... esperaba poder tomar aquellas pastillas para el sueño que los médicos le habian recetado, pastillas para contrarrestar el dolor de sus heridos musculos. Suspiró y caminó hasta la sala encontrandose con sus dos invitados.