Un Alien en Hell

- Bonita, no? - Se voltea, dirigiéndose a la persona parada en frente a la puerta del fondo. Se acerca a ella lentamente, con la única mano que tiene en el bolsillo - No soy religioso, sólo estoy aquí para ver la estructura - La analiza de pies a cabeza, la rodea. El único recuerdo vívido que le queda de su madre se proyecta en su mente; la última vez que tuvo ese mismo recuerdo, hace más de un año, sacó su pistola y apuntó a su cabeza. Esa excitante pero triste imagen de su madre en el piso con un hueco en el pómulo izquierdo lo impacta emocionalmente de tal manera que le duele.

- Me gusta tu cabello - se detiene en frente de la mujer y se arregla la chaqueta - Soy Dante, mucho gusto - se pregunta cuántas personas viven en este pueblo, hasta ahora es la segunda persona que se encuentra en Hell - Me encontré a una niña por la escuela del pueblo... Tú también estás perdida? - Levanta una ceja y, antes de que ella conteste la pregunta, con la prótesis que remplaza su mano izquierda agarra una chupeta de su bolsillo - Ten... Es de uva, quizás te guste... - extiende su mano falsa y baja la cabeza, lamentándose de ser tan generoso y entregar la última chupeta que le quedaba, y lo que es peor, su favorita...

Ya...ve-eo -dice como para si misma.Se pone casi tres veces más nerviosa de lo que ya estaba cuando aquel hombre se acerca...El solo hecho de que la variante iba a interactuar con ella sin su preciada investigación previa era una idea totalmente....aterradora.-

Mi...ca...¿Eh?...Oh..Mu-mucho gusto D-Dante -Como último recurso empieza mentalmente un pequeño análisis del sujeto, sin ningun aparente interés en presentarse ella- ¿Una niña?....¿Te-nía ojos, n-normales? -No sabe ni porqué preguntó eso... Espero no haber alterado nada en su estado..Se dijo, no quería empezar una conversación extraña, de hecho, lo único que quería era salir corriendo a su Laboratorio- No...no es-toy perdida...
-Suelta accidentalmente las bolsas con pan, por alguna razón le asustó que sacara algo de su bolsillo..-N-no...gracias....No me gustan e....esas cosas....Y...pu-es...¿Qué le parece la...Es-s-tructura?... -Intentaba mantener una cara serena y un tono de voz dulce (aunque nervioso), pero se le hacía difícil... incluso estaba empezando como a temblar...-


Por si acaso, lo que está en cursiva, son pensamientos

- Es muy bonita, sin embargo me gustan más las del barroco - Guarda la chupeta que había sacado de su bolsillo, agradecido porque podrá disfrutar de ella después, pero lamentando haber asustado a la muchacha, o al menos eso es lo que él sintió...

- Hey... - dijo, manteniendo la mirada en sus ojos - Si tú no me haces daño, yo no te hago daño...

Dante siempre ha hecho lo posible por mostrar su actitud, se daba a conocer como una persona generosa y amigable, pero imponente y letal, como dos lados de una moneda, siempre dando a conocer cuáles eran los límites que tenían las personas que lo rodeaban, y mostrando hasta dónde podía llegar su nivel de confianza.

- Tenía un aspecto un tanto peculiar, creo que sus ojos eran de un color morado o un azul muy oscuro... - Su memoria ha sido siempre una falla en él, había veces en que se encontraba en un lugar y no se acordaba qué hacía ahí o qué haría después de llegar al lugar; es una debilidad que lo ha acompañado desde que nació; sin embargo se sentía extrañado de que la muchacha en frente de él le recordara tanto a su madre, no estaba seguro si eran sus ojos, su cabello, o su aspecto en general, pero había algo en ella que hacía que la recordara vívidamente.

- En fin, qué lástima que no te gusten las chupetas, son divinas... - Se agacha, ayuda a recoger las bolsas con pan - Quizás algunos estén malos por haberse caído al suelo, pero supongo que el resto es comestible - Aparece el recuerdo al verla a los ojos de nuevo y se siente intimidado - Conoces algún otro lugar interesante en este pueblo donde pueda ir? - Se distrae por unos segundos, sumiéndose en sus pensamientos - Ah, toma... - Después de recordar que tenía las bolsas de la muchacha en las manos, las extiende para entregárselas...

Vale vale...Es impo-sible que yo ...Je,je....¿Ojos oscuros?...Uh....¿Te...tenían vida?....-Si, es una pregunta un tanto extraña, pero para lo que lo es el pueblo...-Pu-es es que prefiero algo, mm..menos sano...Si me entie-en..de -Le empieza a temblar la mano, la cual cierra en un intento de que no se notara, mirando fijamente a aquel joven- ...La verdad...E-este pueblo no es mu...muy interesante...tal vez algo ex-extraño....Pee...Pero hay un bar restaurant..Si gu..-Detuvo en seco sus palabras para tomar aquellas bolsas- Gracias...Es usted mu-y amable.

Por alguna razón pensó que aquella variante, de nombre "Dante" ¡Verso sin esfuerzo! le podría ser útil en un futuro cercano...Si su hermano no se opone, incluso podría pedirle ayuda en su laboratorio....Aunque como no, primero tiene que estar segura e investigarlo, pero tiene pontencial.

Se oye un golpe seco en la ventana, como de alguien golpeándola,lo que hace que voltee bruscamente, pero es un ruido que,al parecer, solo escucha ella- Vi... Bueno, Un-un placer conocerle, Mr.Dante.... -Seguía viendo a la ventana, pero volteó un momento a ver al sujeto, bajó y subió la cabeza como una forma de despedirse, y con un paso acelerado, casi trotando, salió de la iglesia sin decir ninguna otra palabra, siquiera prestando atención a lo que pudo haber dicho el joven mientras se iba--

- La educación de las personas hoy en día me parece tan genial que no entiendo cómo los educan tan bien... - Se voltea y vuelve a observar la iglesia, extiende su mano, que pone en forma de pistola, y apunta a la escultura de Jesús clavado en la cruz - Bang! - su mano recula e imita el movimiento de guardarse la pistola en la cartuchera.

- No creo en ti no sólo porque siento y sé que no eres real, sino por el simple hecho de que si existieras y fuera verdad lo que dicen de ti, no me hubiera tocado la vida que me tocó - Baja la cabeza y sonríe - Además, eres la copia de otros cientos de dioses creados por los humanos... - Sube la cabeza de nuevo y le pica un ojo, saliendo por la puerta de la iglesia hacia su casa.