Tailypo... Tailypo...

-¡Ven aquí!! ¡Ven aquí te digo, perro maleducado!-gritaba, persiguiendo a un can que se había robado parte de la mercancía.

No podía correr más, Ya llevaba persiguiendo al ladrón que le costó todo un atado de chuletas por varias cuadras, y es que definitivamente no podría volver al negocio con las manos vacías sin recibir una reprimenda de su jefe.
Tan compenetrado estaba en su cruzada que no se dio cuenta hacia donde lo llevaba aquel chucho hambriento, y cuando hubo perdido el rastro del animal y paró para recuperar el aliento...


-Oh no.....oh nono...- murmuraba, retrocediendo unos pasos, y viendo a su alrededor.

A unos metros detrás se encontraba el sendero por donde salir del bosque.
Así es, ya estaba adentro de Burning Woods y el sol caía rapidamente por el horizonte, llenando cada superficie visible por un tono carmesí muy agradable y cálido.
Mientras se secaba el sudor y trataba de abanicarse con la palma de la mano se repetía que debía salir de ahí cuanto antes.

Apenas un pie levantó para retroceder, pero se quedó estático por un momento al percibir extraños susurros. Todo su cuerpo se tensó de repente, mirando para todas partes mientras seguía dando pasos hacia atrás. Pronto, el silencio lo invadió, a no ser por los sonoros latidos que provenian de su pecho.



El sollozo imprevisto de un perro le hizo gritar y dar un brinco. Aún exaltado, trataba de tranquilizarse y controlar su acelerada respiración, pero esos extraños ruidos lo hacían un objetivo imposible para el pobre de Fabio.


-Ah....

Inhaló profundamente, subiendo sus hombros mientras contenía el aire en sus pulmones al ver el trozo de carne mordisqueado. Al instante relacionó la huida de aquel perro y sus chillidos con esta nueva imagen presentada como si fuera una mala broma.

Y ahora los susurros otra vez...


Una hoja cayó sobre su cabeza y reaccionó dirigiendo rapidamente su mirada hacia arriba.

Totalmente paralizado, se lo quedó viendo mientras sus rodillas temblaban y amenazaban con tirarlo al suelo.
Allí estaba, hasta ahora era lo peor con lo que se había encontrado ¡¿Qué demonios era esto?!
Se llevó una mano enguantada a la boca para no gritar y allí la dejó, presionando fuertemente para no dejar escapar ningún chillido. Y vaya que quería gritar...

Podría haberse convencido de que se trataba de un animal EXTREMADAMENTE raro, pero cuando habló....

-"Tu tienes mi Tailypo?" - lo escuchó claramente, y se le heló la sangre.

Sin saber como responder a eso, lo miró a los ojos durante varios segundos, tiritando del miedo. Si tan solo pudiera pensar en algo para que aquel ser lo dejara tranquilo...

¿Correr? 

No había podido ni perseguir a un perro desnutrido, eso estaba fuera de cuestión. Defenderse contra esto no era posible para él, y la diplomacia nunca suele funcionar en este tipo de situaciones.

¿Voy a morir aquí, entonces?

Finalmente cuando parecía que aquel monstruo no tenía más paciencia para derrochar en él y, recordando que le hizo una pregunta, Fabio simplemente negó lento con la cabeza.

-¡¡Que asco, ya no se puede vivir tranquilo sin que Pathfinder este con sus expansiones semanales!!-
Ur-Ischin había escuchado los aullidos provenientes de los bosques cercanos a Crouch End, era de esperarse que la calma iba a invadir los terrenos que el vástago consideraba fuera de peligro para la jauría de dicho perro alpha que no estaba dispuesto a hablar.

Utilizando las sombras, se fue directo a otra zona boscosa que desconocía. Refunfuñando sobre lo que pasó, Ur no se percató lo que pasaba en el interior. Estaba enfadado, y de reojo vio a dos cosas (no las pudo ver bien por la oscuridad del bosque) ahí. No le tomo minima importancia, y continuó su camino...aunque su rabia empezó a diluirse en dudas, y las dudas se volvieron más homogéneas hasta alcanzar un punto de total confusión.

"Son criaturas locales, seguramente estan discutiendo de algo en su propio lenguaje. Sin embargo, puede que sean perros del tindalos que estan averiguando la zona antes de expandir, o humanos perdidos, o criaturas peleando por territorio...¿o son otros vástagos...?"

Los pensamientos de Ur eran un revoltijo, para aclaralos, se dio media vuelta y decidió espiar a dichas criaturas desde la oscuridad. Estaba a una distancia no muy lejana ni muy cercana, se sentía seguro, además: "¿Quién lo observaría, a una sombra, entre miles en la oscuridad de la noche?" pensaba...

Se dejó olisquear integro, sin mover un pelo, sudando de pies a cabeza. Y aunque casi se meó encima cuando el otro se acercó a su cara, se contuvo de huir y tan solo cerró fuertemente los ojos, recibiendo el resoplido de la criatura de lleno en todo su rostro.

Cuando el bicho se hubo separado, Fabio volvió a respirar ¿Quizás podría salir de esta?
Llevo un pie hacia atrás, intentando pasar desapercibido, pero al ver el cuerpo completo de aquel ser, recordó nuevamente la pregunta que salió de sus fauces.


¿Tailypo?
Su cabeza pensaba más lúcidamente ahora, e inconcientemente acortó la palabra a algo más conocido para él...
¿Tail?

Sin dejar de verlo, atento a sus movimientos, se animó a hablarle.




- Eh...¿tu cola? ¿Eso estás buscando?

"Argh! No puedo ver nada..." Ur-Ischin sentía que el mundo lo andaba hostigando con infortunio con idiotez, por la oscuridad alrededor, no podía ver que pasaba en esos momentos. Los momentos inteligentes de <no te vayas a acercar, ya que te harás notar> se estaban diluyendo poco a poco. Las sombras lo protegerían. Era un hecho de que si quería ver más debía acercarse, no importase lo que pasará después.

"Seguramente son niños que se perdieron...niños con deliciosas palmas por masticar, niños con una suculenta piel y carne para masticar felizmente...¿qué sabor tendran?" Ur se metió en sus pensamientos psicóticos, su hambre creció, avanzó sigilosamete. No solamente la curiosidad lo habia impulsado, sino por su manjar preferido. Utilizando el lado ciego de los árboles para evadir la mirada de las criaturas se acercaba. Mientras soltaba una pequeña burla entre dientes en el proceso.

-Jejeje...¿así que el pequeño niño tiene miedo, y se ha puesto en un modo salvaje para defenderse de mi?- Ur-Ischin se había acercado una gran tramo de distancia, hasta quedar tan cerca que su aroma era de gran pureza que ni las sombras de los árboles muertos y/o viejos le servían. Pero, fue algo sin importancia para él en esos momentos.

-Lindo, lindo niño...¿dónde estás?- Su modo pasivo fue dominado por la promesa de obtener ese manjar suculento que le fascina desde...que tiene memoria. Las sombras son traicioneras, se esconde en ellas, y repta viendo a los dos sin quitarles la mirada atenta. -¿Qué sucede? ¿Te duele?- Aunque no sepa lo que pasa, a Ur todo es un juego. Si alguien gime, él se burla. Si alguien se queja, él se burla. Si alguien tiene dolor, él se burla. -Venid, venid...yo se lo que buscas- se lamé los dientes, sabe que ya tiene a su presa...solo falta esperar.

-Me comeré tus manos, pequeño. Y después me comeré las del otro cerca tuyo- Por la oscuridad, solo podía ver la silueta de Fabio, pero no su aspecto...-Jejeje...¡Qué festín!-

Dios, no, no otra vez....

Se echaba para atrás, girando la cabeza para no ver a la bestia que otra vez se acercaba a cuestionarlo.

-¡N-no no lo sé! ¡Lo siento, por favor no me hagas daño! Ah!Joder...!-murmuró rapidamente la ultima palabra al sentir las garras y el aliento de la criatura, soportandolo como podía.

Sus manos comenzaron a picarle intensamente, y hacía tanto calor y estaba tan nervioso que seguro las tenía hechas una sopa bajo los guantes. Aún así, no se atrevía a moverse, tenía que ser muy cauteloso.

Escuchó a alguien murmurar algo a una distancia no tan lejana....
¡Genial! Ah, gracias a Dios, ¡Estoy salvado!

Su sorpresa fue grande cuando lo que avistó entre árboles y arbustos no estaba ni cerca de tener forma humana.



-...

Comenzó a tener fuertes palpitaciones, su mente se puso en blanco nuevamente...

...Y echó a correr para el lado contrario a todo lo que daban sus largas piernas, alejandose cada vez más de la salida del bosque.

-¡¿Adónde crees que vas?!- Ur persigue el paso lento, torpe pero ágil de aquella cosa que andaba detrás del otro. -¿Crees que él te va a ayudar?- Se acercaba mientras reptaba por las sombras que dichas criaturas creaban al estar en movimiento. Percibia en el aire un hedor familiar...el hedor del líquido vital que emana de todo ser vivo. En especial, de la criatura delante suya.

-Mmmm...Sangre...deliciosa sangre...¡Qué hedor tan agradable!- Ur se acercaba, quería un bocado del suculento orígen de ese aroma en especial, sin embargo, la persecución era demasiado para él.

Gruño en cansancio, pero la tentación de probar la emanación de sangre se hacía cada vez más irresistible, único y al alcance de sus fauces. Se fusionó con la sombra de susodicha criatura y aguardó para que parase, así poder mordisquear el líquido que parece llamarle al oido. Un tentador bocado...

La adrenalina y el miedo era el único combustible para moverse en ese momento. A pesar de ser naturalmente torpe, parecía como en un estado de trance, esquivando árboles, rocas, arbustos, sumido en una concentración inmensa.

No podía ceder. No iba a dejar que lo matasen, ahora que sabe que sus hermanas rondan la zona.
Debe cuidarlas, pero más importante, Fabio no puede soportar la idea de que Feliciana tenga que ser la responsable de avisar a sus padres de su desaparición...
Debe luchar por Valentina, aún en una edad tierna y vulnerable. Si él muriera...

No

Debe vivir.

- Ngh!

Su cuerpo choca contra una barricada de troncos, seguramente dejados por algunos leñadores. El paso está cerrado y él, muy adentrado en el bosque. Se da la vuelta y se arrima a la áspera pared de madera ¿Podría llegar a subirla?
Palpa un poco y mira hacia arriba...Nunca fue un buen escalador.

Apresurado, sus manos tantean los bolsillos de su delantal.

Comer era lo único que necesitaba Ur de la criatura y era lo minimo que se le ocurría, no tenía intenciones de dejarla ir ni por un segundo. La sangre caia en pequeños ríos creados por "grifos dañados" tras pegarse como un lunático contra los troncos y/o arbustos del lugar.
Tras parar, al fin, cerca de un claro, donde la criatura podía ser visible casi en su totalidad, Ur espero para ya atacar...aunque la tentación ya era lo suficientemente agobiante para no darse cuenta que atacaría en esos momentos...en vez de esperar.

"Jejeje. Eres mío" Dijo entre susurros, empezó a surgir de las sombras de la criatura, viendo sus dañadas partes el color era raro pero el dulce aroma era lo que lo atraía...un peculiar aroma.

Ur-Ischin no tenía ni idea que lo estaba pasando entre el Tailypo y Fabio, -este último por solo ver su silueta, todavía no sabia que era otro humano-, pero el hambre jaló el gatillo.
Se retiró un poco para tener espacio para jalar a dicha criatura hacia las sombras, donde Ur podría comer las partes que él quisiera sin que el otro moleste. Preparó sus movimientos para someterlo cuando otra racha de suerte apareciese. De un momento a otro, en cuestión de pocos segundos...Atacó.
Utilizando sus patas de aspecto de cuchillas, se ancló en los tobillos de las patas traseras del susodicho, que a pesar de estar concentrado en cazar a Fabio se dio tardíamente cuenta...y de un mordisco...agarró cual mordida de cocodrilo la cola -o lo que quedaba de ella-. Arrastrándolo a las sombras. Su mirada estaba decidida a succionarle hasta la última gota de sangre.

Seguía buscando con manos temblorosas entre sus bolsillos, cuando vio la figura de su perseguidor claramente iluminada...

Por un momento se quedó inmóvil, pensando en dónde había visto aquel ser; pestañando y recordando su situación, encontró por fin lo que buscaba dentro de su delantal.

Alzó nuevamente la mirada para ver como las dos criaturas tenían un encuentro: aquel bicho deforme estaba jalando al otro por la cola. Fabio estaba apunto de salir corriendo aprovechando la distracción pero...

...la cara del monstruo humanoide ¿Acaso no era...?

Dándo dos brincos hacia adelante, apartó de un empujón la cabeza de aquel que estaba comiendole la cola a la bestia, sacó del bolsillo un elemento puntiagudo, aferrándolo entre su puño y alzandolo rapidamente.
Aún con una mano enguantada, sosteniendo uno de los cuernos del ser, asestó un fuerte golpe con un bolígrafo en el ojo de Ur-Ischin y, más asustado que otra cosa, tiró del Tailypo con todo el brío que le quedaba para echarlo al suelo, lejos de él.

¿¿Qué mierda hice, qué mierda hice??? Oh, Dio mio...

De un momento a otro aquel bicho había desaparecido, como si se hubiera derretido en el suelo.
La luz de la luna alumbraba todo como un faro celestial, alargando las sombras proyectadas hasta el infinito.
Le dio un rapido vistazo a la fuente de la luz, y luego le dio la espalda, mirando directamente la sombra que se desplegaba desde sus pies ¿Realmente estaba preparado para recibir al monstruo que se ocultaba allí...?

Tengo que salir vivo de aquí.

...Claro que no, pero al menos lo intentaría.

Separó un poco las piernas, y alzó los brazos frente a él. Su corazón latía a una imposible velocidad, todo le temblaba. Miró sus manos nuevamente, cubiertas por aquella gruesa tela...le picaban demasiado. Recordó fugazmente en qué condiciones estaban, y la idea de perderlas esa noche no parecía del todo malo...



¡NO! ¡VOY A CONSERVAR TODO!!

Contuvo la respiración cuando su sombra osciló levente, anticipando el movimiento de la criatura que lo acechaba, vengativa. Abrió las palmas y se ancló fuertemente al suelo, tensionando todo su cuerpo para recibir el impacto.

"¿Qué pasa?" Ur veía con odio las reacciones de los dos, tanto criatura como humano. Sus persecusiones hicieron lo que él no tenía planeado hacer desde el principio...anticiparse y ser visto. Ese no es su estilo...Pero, ¿qué podía hacer en esos momentos?
El ojo le ardía, la sangre lo dejó asqueado y sobre todo, esta en desventaja. Aunque eso no le interesaba en esos momentos. Como era una sombra fusionada a otras y la luna proporcionaba un cupo de ellas en la infinita oscuridad adyacente al bosque, era fácil eludir sus ataques y esperar pacientemente otra oportunidad.


Sin embargo, al ver que el humano estaba casi tumbado como queriendo agarrarle de las alas, le dio una pequeña idea...no iba a ser fácil, pero opciones eran ilimitadas para él. La criatura, a duras penas, podía apoyarse en sus patas -excluyendo la del hueso roto-...pero la furia de arremeterle era observable en todo su espléndor.


Seguramente lo vieron, seguramente ya saben lo que va a ocurrir...era cuestión de segundos para contra-atacar y seguir con el plan...-si es que tuviera uno, o lo improvisaba en tenerlo-. Quizás la luna daba brillo, pero la oscuridad era reina absoluta. El tiempo iba lento, la ventisca era una suave brisa...los segundos pasaban despacio, que parecían horas. Se escuchaban sus murmullos, decir repetidas veces:

"¿Quién sera, quién sera?"


Y cual tiburón acechando a su presa, se empezó a mover muy lentamente en círculos pequeños...desde esa pequeña seguridad que las sombras le daban. Tal vez confundiendo a ambos era una buena idea...pero su pregunta era: ¿Atacar a la criatura y darle un golpe de gracia, o atacar al humano por haberse entrometido?

Aún estaba esperando la arremetida de la criatura, pero comenzaba a echarle vistazos rapidos y nerviosos al Tailypo, que miraba en su dirección con una furia contenida.

"¿Quién sera, quién sera?"

Se distrajo nuevamente por aquellos susurros; no sabía de donde venían, pero los escuchaba salir del suelo, como si la tierra estuviera hablandole.

¿Y si lo que tiene planeado es salir por otra sombra que no sea la mía?

Su cabeza parecía la de un pájaro nervioso, apunto de ser devorado por un depredador más fuerte en todo sentido. Miraba hacia los costados, intentando no caer en las fauces de cualquiera de los dos seres que estaban presentes, aún parado y con las manos interponiendose entre su cuerpo y la sombra que se erguía bajo sus pies.

¿¿Y la sombra de los leños??

No tenía suficiente tiempo como para darse la vuelta y vigilar la proyección que los troncos creaban a unos metros de él, no sin darle una importante entrada a Ur en su delantera.

A este paso, su concentración se iba a disolver y perdería más que sus manos...

No estoy en condiciones de quedar inválido.... necesito seguir trabajando para salir de este pueblo con mis hermanas.

-H-hey! - gritó con una voz temblorosa- ¡Perdón p-por lo de antes!

¿Perdón? ¿Estás estúpido Fabio? ¿Lo dejaste tuerto y ahora pretendes salvarte con una disculpa de mierda?

Sin bajar la guardia y sin dejar de mirar su sombra, caminó de costado muy lentamente hacia Tailypo. 

-¡¿C-cuál es tu nombre?!

Sentía que aunque pudiera atajar a Ur, no podría detenerlo; lo había logrado una vez pero no tenía idea de qué tan fuerte era... y de todas formas le costaba mucha energía y valor acercarse solo una vez a este.

- Yo s-soy Fabio Salucci -tomo una bocanada de aire y siguió hablando- ¡No quiero morir aquí, por favor escucheme! ¿Ha....habría alguna posibilidad d-de qué llegaramos a un a-acuerdo los tres?- se atrevió a mascullar débilmente.

Esta técnica de tratar de formar alianzas le había funcionado con Chesire una vez y a un precio muy barato; pero no estaba seguro de que pudiera complacer a este ser, y si supiera lo meticuloso que era Ur al seleccionar su presa y sus preferencias gastronómicas.... ni lo hubiera intentado.