No sabia lo que le pasaba, solo podía vagar por Hell como la rata que es, escondiendo su martillo bajo su vestido blanco y por mas que trataba de explicarles a algunas personas sobre su problema no podía, un nudo en la garganta le impedía siquiera hablar con los demás, de echo no hablaba, no decía ni una palabra, mas que una que otra oración corta y directa. Le molestaba caminar, simplemente era muy delicada, estaba pesada y cojeaba por que se le hacia difícil mantenerse de pie, por que es una simple mujer débil, cada vez le costaba moverse, aun que por suerte aveces puede correr y trepar por algunos techos, arboles, etc. Por primera vez en su vida siente hambre, de verdad, eso lo empeoraba todo, no podía encontrar algo de comer, ya intento robar muchas veces en los locales y casas, pero sus esfuerzos por sobrevivir son en vano.
-¿Por que me pasa esto a mi?
Se preguntaba la mujer, casi llorando, extrañaba a ciertas personas, simplemente estar sola en esto era cruel para ella, se sorprende, estaba soltando lagrimas, simplemente se inclino al suelo sosteniendo su rostro tratando de calmarse, pensando que cuando abra los ojos todo volverá a ser como solía ser.